Los ambientes de trabajo han cambiado drásticamente a lo largo de los últimos treinta años.
En el extremo, pasamos de oficinas privadas y ambientes cerrados de los años 60 para grandes espacios abiertos, organizados en células.
Ambos modelos respondieron a las necesidades, desafíos y oportunidades de su época, así como ocurre hoy.
Si antes la seguridad y la privacidad era la tónica, hoy mucho de ese cambio es motivado por la necesidad de facilitar la comunicación, mejorar la colaboración y romper los boxes que han paralizado a muchas organizaciones.
Investigaciones de expertos en el área, han demostrado que espacios abiertos ayudan a las organizaciones, y a los individuos, a alcanzar sus metas.
Sin embargo, ahora parece que estamos de nuevo en un punto de inflexión en la tendencia de espacios de trabajo abiertos, donde comienzan a surgir preocupaciones sobre lo que conlleva este tipo de ambiente.
Como especialista en diseño de ambientes corporativos, el Estadounidense Gensler está en el centro de este asunto, mientras que busca inventar enfoques innovadores y soluciones para enfrentar estos desafíos.
Gensler no es el único en reconocer este nuevo cambio.
El diario New York Times publicó a principios de este año un artículo con el título «The Rise of the New Groupthink» y desafió la tendencia actual de trabajo en espacios abiertos y habló sobre los beneficios perdidos en términos de concentración y foco en el lugar de trabajo por la causa de ambientes abiertos.
Otros artículos han aparecido en diversos medios tratando sobre el mismo tema.
Estos artículos y los puntos que se plantean sobre el tema, nos llevan a algunas cuestiones: la eliminación de los ambientes individuales ha ido demasiado lejos?
¿Conseguimos mejorar tanto la parte colaborativa del trabajo, pagando el costo de la falta de concentración? ¿No estamos subestimando la importancia de la concentración en la competencia competitiva de una organización?
Investigación de Gesler sobre entornos de trabajo
La investigación de Gensler indica que el cambio ya ha comenzado.
En los últimos cinco años, Gensler ha investigado a 70.000 personas de las 130 empresas más grandes del mundo para entender tanto sus patrones de trabajo como sus lugares de trabajo.
Con una hipótesis básica de que el trabajo del conocimiento tiene cuatro componentes – Foco, Colaboración, Aprendizaje y Socialización – su equipo de investigación buscó entender la conexión entre el ambiente del proyecto donde se desarrolla el trabajo y la eficacia de ese trabajo para estos cuatro modos.
Las expectativas … y la sorpresa
Mientras realizaban su investigación sobre el lugar de trabajo, los investigadores esperaban descubrir evidencias de que la colaboración era una característica importante del trabajo moderno.
Esperaban encontrar evidencias del papel clave que la socialización de las personas en el lugar de trabajo y su conexión con la construcción de relaciones y el intercambio de conocimiento.
Esperaban también comprobar que el aprendizaje es hoy una parte vital del trabajo.
De hecho, encontraron estadísticas, evidencias concluyentes y datos para apoyar estas tendencias y agregar algunos detalles para su comprensión. Todo chequeado.
Lo que no esperaban encontrar, y parece ser que es sólo el comienzo, fue una serie de cuestiones y desconexiones en la forma de trabajo, que llamamos Foco.
No es sólo falta de “foco” lo que se encontró en los ambientes abiertos, han encontrado evidencias estadísticas de la relación entre la baja concentración que conlleva a la baja eficacia colaborativa, aprendizaje disminuido y menor socialización.
En un análisis más profundo de los datos, hemos visto que los modos de trabajo no son cuatro variables independientes del trabajo en la era del conocimiento.
En su lugar, los modos de trabajo están altamente interconectados, con el foco como el componente principal. Las implicaciones de esto para un proyecto de lugar de trabajo son profundas.
Parece claro que las soluciones de diseño adecuado para mejorar el componente «Foco» son la base de un trabajo eficaz, que traerá soluciones a los otros componentes, desarrollados como importantes capas adicionales del sistema local de trabajo.
No es exagerado decir que posiblemente estamos al principio de una nueva era en el diseño de los lugares de trabajo.
La cuestión central son las personas
En el corazón de esta nueva era está la persona. ¿El apoyo del individuo significa que todo el mundo necesita una oficina privada para optimizar la capacidad de concentrarse? Probablemente no. Gensler ha lanzado una nueva investigación que está explorando cómo las diferentes personas se concentran de maneras diferentes.
El ambiente de trabajo ideal para los individuos varía de acuerdo con varios factores, incluyendo el tipo de personalidad. Los extrovertidos pueden funcionar bien en un ambiente de café; por otro lado, un introvertido puede hacer mejor en un espacio más privado donde pueda enfocarse mejor en su trabajo.
Gensler dice que cuando estaba en el MIT estudiando arquitectura, el estudio de diseño fue un ejemplo de cómo las personas forman espacios de trabajo de forma diferente para satisfacer sus necesidades.
El estudio fue realizado en un espacio doble en la terraza de un edificio de principios de los años 1900 en el número 77 de la Avenida Massachusetts, en Cambridge.
Una vez que usted ingresaba al ambiente era sorprendido con los dos pisos que parecía una mini ciudad, construida por los alumnos a lo largo de los años. Mesas divididas por divisorias forradas de collages y dibujos. Parecía un pequeño pueblo… dos espacios eran iguales y cada uno reflejando un nivel diferente de su ocupante en relación a la necesidad de privacidad o apertura.
Según él, fue un gran lugar para estar y aquellos que experimentaron algo así terminan realmente sintiendo la falta de creatividad que una experiencia de esas puede traer.
Dadas sus excentricidades y aleatoriedad, Gensler no está sugiriendo que ésta sea la respuesta a lo que el ambiente de trabajo moderno debe ser.
Sin embargo, la naturaleza y la gama de optimización individual que surgió en esta experiencia en la vida real demuestra lo que puede suceder cuando la gente tiene una elección.
El desafío para los diseñadores de trabajo es cómo manejar la diversidad de requisitos del entorno de trabajo individual, con soluciones escalables y eficientes, que las organizaciones pueden administrar desde un punto de vista de costo y operativo.
En nuestras visitas a clientes, principalmente grandes organizaciones que se están mudando a nuevas instalaciones, estamos empezando a ver ejemplos de este tipo de soluciones, principalmente empresas de tecnología que están ofreciendo niveles sin precedentes de libertad para que su personal pueda modificar sus espacios de trabajo de acuerdo con sus propios deseos.
Haciendo las preguntas correctas
¿Las organizaciones pueden prosperar en una estrategia de colaboración que carece de capacidad de concentración y foco? En un entorno de negocios competitivo global, esta es una cuestión crítica.
Si las empresas y las organizaciones quieren maximizar la capacidad humana de invención e innovación, la próxima tendencia puede estar lejos del pensamiento «una solución única para todos los empleados».
Concentración requiere un conjunto más individualizado de opciones que el patrón que se ve hoy en los grandes espacios abiertos. Según Gensler, para mejorar tanto la colaboración como la concentración será necesario intentar inventar un lugar de trabajo que proporcione un espectro de opciones individuales de espacios de trabajo primarios, que cuente con el apoyo de lugares para colaborar, socializar y aprender.
Este nuevo modelo híbrido podría favorecer el equilibrio más adecuado de los componentes Concentración y Colaboración en el lugar de trabajo.
Este nuevo enfoque podría significar un nuevo nivel de éxito para las organizaciones.